Este artículo fue originalmente publicado el 12 de noviembre de 2014 en la sección de desarrollo Planeta Futuro del diario El País. El autor es el investigador junior del Navarra Center for International Development Godfrey Madigu. A continuación se reproduce parcialmente el artículo. Puede consultar el artículo original aquí.
Uno de los retos de la investigación de la economía del desarrollo es demostrar la relevancia del ahorro. Desde hace tiempo, hay una tendencia a pensar que las propensiones de ahorro determinan la tasa de crecimiento de las comunidades.
Este verano tuve la oportunidad de participar en un proyecto de investigación en Mozambique sobre el papel de la tecnología en la mejora de la capacidad de ahorro de los pequeños empresarios, encargado por su Banco Central e implementado por la Universidade Nova de Lisboa (Portugal). Lo interesante de ese país es que se trata de la nación de África subsahariana que crece más rápido sin depender del petróleo: según el Banco Mundial, en las dos últimas décadas ha registrado una tasa de crecimiento anual de aproximadamente el 7,2%. No obstante, a pesar de esta sorprendente cifra, no ha conseguido crear una sociedad inclusiva. Más de la mitad de la población vive con menos de 50 céntimos de euro al día y tan solo el 12% de los adultos hace uso de los productos o servicios bancarios formales. De este porcentaje, el 77% vive en zonas urbanas.
Para leer el artículo completo pulse aquí.