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December 03, 2020
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Posted by NCID

Este artículo fue originalmente publicado el pasado 3 de diciembre de 2020 en el medio esglobal. El autor es el investigador junior del Navarra Center for International Development, David Soler Crespo. A continuación se reproduce parcialmente el artículo. Puede consultar el artículo original aquí, restringido a suscriptores de El Orden Mundial.


Tan solo un año después de recibir el Premio Nobel de la Paz, el primer ministro Abiy Ahmed ha envuelto a Etiopía en una guerra civil. Dirigida contra la región tigray y librada a espaldas de la comunidad internacional, el litigio tendrá grandes repercusiones humanitarias, políticas y regionales en el contexto africano. Un conflicto cuyas causas nacen de una compleja mezcla histórica con ingredientes étnicos, políticos y económicos. ¿Qué consecuencias acarreará para el país y su vecinos?

El 4 de noviembre, Abiy Ahmed, declaró la guerra a la región Tigray. Acusó a los líderes regionales del Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) que gobiernan la provincia de orquestar un ataque contra dos bases militares en la región, causando la muerte de varios soldados. El primer ministro etíope dijo que el FLPT había “cruzado una línea roja” tras meses de desencuentros.

Desde el 5 de octubre, el gobierno regional tigray no reconoce a Ahmed, fecha en la que se deberían haber celebrado unas elecciones generales pospuestas por la pandemia del coronavirus. A pesar de la prohibición de celebrar comicios en todo el territorio, el FLPT siguió con sus planes y organizó las elecciones locales en su región el 9 de septiembre, que venció con un 98,2% de los votos. Desde entonces la escalada de tensión, con desfiles militares para mostrar la fuerza en ambos lados, ha acabado derivando en un sangriento conflicto cuyas causas van mucho más allá de los eventos ocurridos en los últimos meses.

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