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July 16, 2021
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Posted by NCID

Este artículo fue originalmente publicado el 15 de julio de 2021 en el medio El Orden Mundial. El autor es el investigador junior del Navarra Center for International Development, David Soler Crespo. A continuación se reproduce parcialmente el artículo. Puede consultar el artículo original aquí, restringido a suscriptores de El Orden Mundial.


Turquía ha expandido su presencia en África en las últimas dos décadas hasta contar con 44 embajadas. El Gobierno de Erdoğan ha construido vínculos políticos y económicos mediante ayuda humanitaria y cofradías islámicas para estrechar lazos religiosos. Ankara compite ahora con países del Golfo para ser un aliado del continente diferenciado de Europa y China.

“Los africanos son hermanos con quienes compartimos destino. Nos acercamos a ellos no con intereses políticos o partidistas, como otros, sino desde una perspectiva humana y consciente”. El presidente de Turquía, Recep Tayip Erdoğan, hizo su última visita oficial a África el pasado 28 de enero de 2020. En su discurso marcó las líneas de la estrategia turca en el continente: mostrarse como un verdadero aliado, desmarcado de los antiguos poderes coloniales y de socios lejanos como China o Estados Unidos.

No obstante, Turquía también tiene intereses políticos y económicos en África. En su viaje a Senegal en 2020, Erdoğan visitó algunos de los veintinueve proyectos firmados por el país con empresas turcas por 750 millones de dólares, como el Aeropuerto Internacional Blaise Diagne o el Dakar Arena. El presidente turco ha viajado a veintisiete países africanos desde 2009 y es el líder no africano con más visitas oficiales en el continente. Gracias a estos esfuerzos, Turquía ha pasado de tener doce embajadas en África en 2009 a 44 en 2021, ha incrementado su inversión de cien millones de dólares en 2003 a 6.500 millones en la actualidad y ha quintuplicado el comercio en ese periodo.

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