Este artículo fue publicado originalmente el 7 de octubre de 2019 en el medio esglobal. El autor es el investigador junior del Navarra Center for International Development David Soler Crespo. A continuación se reproduce parcialmente el artículo. Puede consultar el artículo original aquí.
Halagado como uno de los países referentes en democracia en África, Botsuana pone a prueba sus cimientos en las elecciones generales del próximo 23 de octubre. La estabilidad política ha saltado por los aires tras las tensiones entre el presidente Mokgweetsi Masisi y su predecesor Ian Khama, que ha provocado la marcha de este último del partido en el gobierno, el Partido Democrático de Botsuana (PDB) y su anuncio de apoyo a la oposición. La normativa sobre la caza de elefantes, la prohibición del uso del alcohol y la política exterior son los temas a debate cuyo futuro dependerá de si el PDB consigue mantenerse en el poder en un país que intenta centrarse en reducir la elevada desigualdad económica.
Con tan solo dos millones de habitantes, este pequeño Estado del sur de África se había labrado los elogios internacionales por ser un ejemplo de estabilidad democrática. Hasta este año la calma reinaba en Botsuana, pero las diferencias entre el presidente Mokgweetsi Masisi y quien le nombrara su sucesor, el expresidente Ian Khama, pondrán a prueba la salud democrática de un país poco acostumbrado a cambios políticos. A pesar de que el Partido Democrático de Botsuana (PDB) ha ganado todas las elecciones de la independencia del Reino Unido en 1966, el país es considerado el segundo Estado más democrático del continente, —por detrás de la isla Mauricio— y el 28º a escala global, según el índice anual de democracia que elabora la revista The Economist, por encima de Francia, Bélgica e Italia.
En las últimas elecciones, celebradas en 2014, el PDB bajó por primera vez del 50% de los votos, aunque el sistema de sufragio directo del país permitió a esta formación renovar la presidencia y la mayoría en la Asamblea Nacional por undécima vez desde la independencia. El aviso hace cinco años puede tornarse en realidad con la deserción de Khama, quien rompió el carnet de su partido y confía ganar con su nueva formación, el Frente Patriótico de Botsuana (FPB), sumando con la coalición opositora Paraguas para el Cambio Democrático (PCD). El más beneficiado puede ser el líder de esta coalición, Duma Boko, quien quedó segundo en los anteriores comicios. Khama ha cumplido el máximo de dos mandatos que rige la Constitución y no puede presentarse a las elecciones, por lo que su partido ha presentado como candidato a una cara nueva, Biggie Butale, quien no tiene la misma popularidad que el expresidente.
Para leer el artículo completo pulse aquí.