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17 de Octubre, 2021
Apariciones en los medios /
Escrito por NCID

Esta columna de opinión fue originalmente publicada el 17 de octubre de 2021 en Prensa Libre. Los autores son los investigadores junior Javier Larequi y Luis Rodrigo Asturias. Puede consultar el artículo original aquí.


Cerca del 30% de la población total de Guatemala ya está vacunada con al menos una dosis y en torno a un 15%, con la pauta completa. Tras un comienzo lento debido a la escasez de vacunas, el gran aumento de la llegada de dosis en agosto y septiembre ha incrementado sustancialmente el porcentaje de población vacunada. Hace unos días también empezó la administración de Pfizer y Moderna a los jóvenes entre los 12 y los 17 años. Se trata, en cualquier caso, de uno de los peores índices de vacunación de todo el continente, solo empeorado por Nicaragua en el caso de los países centroamericanos.

Sin embargo, el incremento de las últimas semanas ha permitido que Guatemala haya alcanzado los 10 millones de vacunas recibidas a lo largo de todo el año. Muchas han llegado de Rusia, pero Guatemala ha recibido vacunas fundamentalmente por dos vías. La primera es la compra en el Mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, que ha permitido la llegada de más de 700 mil dosis de Astra Zeneca y más de 500 mil de Pfizer. La segunda es las donaciones de países como Estados Unidos, España, México, Canadá, República Dominicana, India e Israel, que además han supuesto el 66% de todas las vacunas recibidas hasta el momento.

España es, de hecho, uno de los mayores donantes de vacunas y ya ha enviado a Guatemala más de 500 mil dosis contra el coronavirus en dos envíos realizados en agosto y en septiembre. Además, se espera al menos una tercera donación en las próximas fechas. Guatemala ha sido, junto a Perú, Paraguay o Nicaragua, uno de los países más beneficiados por la donación de vacunas realizada por España. De esta manera, el compromiso inicial del gobierno de España de donar 7.5 millones de dosis a América Latina y al Caribe ya se ha cumplido. Ahora el objetivo es doblar esa cifra y Guatemala volverá a ser uno de los principales receptores.

Aunque es cierto que España aceleró la donación de vacunas cuando su porcentaje de vacunación llegó al 50% de la población, también lo es que se ha convertido en el tercer país de la Unión Europea y séptimo del mundo en hacer más donaciones. Si nos fijamos en el caso concreto de América Latina, España se ha convertido en el principal donante debido a sus fuertes lazos. Centroamérica y Guatemala en particular deben ser una parte central de la política de cooperación española, que debe poner el foco en la lucha contra la desnutrición infantil, el fortalecimiento del estado de Derecho y de las instituciones democráticas del país, así como de la justicia y la educación.

También hay que incidir en un reparto de las vacunas equitativo para que alcance a toda la población que quiera inmunizarse, independientemente de su lugar de residencia, ya sea en las áreas rurales o en las urbanas. Es precisamente en las zonas rurales donde la vacunación se está encontrando con más problemas.

Avanzar en la vacunación de los guatemaltecos es decisivo para recuperar la normalidad y la vitalidad económica. Mientras en los países europeos se discute sobre la tercera dosis, la vacuna no ha llegado a la población general en muchos países del mundo.

Es decisivo aprovechar la buena relación con España para que las donaciones sean más abundantes y lleguen a todos los ciudadanos, independientemente de donde vivan. La mejora de la situación sanitaria es imprescindible no solo para recuperar la actividad económica perdida en el último año y medio, sino también para que la educación no se vea más lastrada. Salud, economía y educación van de la mano en lo que se refiere a la pandemia.