"La política de reforma agraria tiene que tener en cuenta las discriminaciones de género preexistentes en los derechos de herencia y de propiedad de la tierra”, así se expresó Abhishek Chakravarty, profesor de la Universidad de Essex. Chakravarty visitó la Universidad de Navarra para presentar su publicación: “Property Rights and Gender Bias: Evidence from Land Reform in West Bengal”.
La investigación, llevada a cabo conjuntamente con Sonia Bhalotra (Universidad de Essex), Dilip Mookherjee (Universidad de Boston) y Francisco J. Pino (Universidad de Chile), estudia cómo la formalización de los derechos de la tierra aumenta la productividad pero puede un gran impacto en desigualdad de género. El proyecto utiliza dos bases de datos independientes de Bengala Occidental, India, para analizar el efecto que una reforma agraria implementada a finales de los 70, principios de los años 80, tuvo en la supervivencia infantil de las familias. La reforma aumentó la supervivencia infantil tanto en familias hindúes como no hindúes, pero el deterioro relativo de la supervivencia de las niñas después de la reforma sólo se produce en las familias hindúes, que tienen una mayor preferencia por los hijos por diversas razones culturales.
El profesor Chakravarty explica que los resultados "proporcionan pruebas concluyentes de que el sesgo de género en los derechos de propiedad puede hacer que la formalización del reparto de tierras también amplíe las desigualdades de género".
¿Cuál fue la motivación principal para llevar a cabo la investigación sobre la reforma de la tierra y los prejuicios de género en Bengala Occidental?
La formalización de derechos de propiedad se considera una parte fundamental del proceso de crecimiento en los países menos desarrollados. Sin embargo las literatura académica sobre este tema no tiene en cuenta las repercusiones de la discriminación de género en el fortalecimiento de los derechos de propiedad en los países donde las mujeres tradicionalmente tienen menos derechos. Esto es de especial relevancia en el caso de las tierras agrícolas, ya que una parte muy importante de las personas en los países en desarrollo viven del sector agrícola. De hecho las reformas agrarias pueden ampliar las desigualdades de género existentes en temas como la sanidad, en caso de que los prejuicios institucionales contra las mujeres en los derechos a la tierra no se tienen en cuenta en el proceso de formalización de derechos de propiedad. Esto hace que el impacto desde una perspectiva de género de la reforma agraria requiera una mayor investigación.
¿Cuáles son las ventajas de utilizar dos bases de datos?
Cada base de datos tiene sus ventajas. Los datos de la National Family Health Survey (NFHS) recoge en detalle información sobre la fecundidad de las mujeres entrevistadas, lo que nos permite examinar el impacto de la reforma agraria a nivel de cada niño por sexo, orden de nacimiento, el sexo del hijo mayor de la familia. El conjunto de datos regionales, la segunda base de datos, contiene información detallada sobre la implementación de la reforma a nivel de la aldea, así como casos de inmigración y de propiedad de la tierra para los hogares entrevistados que nos permiten examinar el impacto de la reforma a nivel regional.
Antes de aprobar una política de reforma agraria, ¿cree que deberían los responsables políticos crear un diálogo sobre cómo la ley podría afectar la desigualdad de género?
Las políticas de reforma agraria tienen que tener en cuenta las diferencias de género preexistentes en los derechos de herencia y propiedad de la tierra. Además, las raíces de tales diferencias deben ser tratadas como parte de una agenda de desarrollo del país más amplia. Esto es especialmente importante si estas raíces se encuentran en las instituciones culturales.