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08 de Junio, 2015
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Escrito por NCID

Cuatro meses adicionales en las bajas por maternidad tienen un gran efecto en la educación y los ingresos de los hijos cuando son adultos. Este efecto es especialmente notable entre las familias más desfavorecidas: se reduce en un 5% el abandono escolar prematuro y aumentan un 8% los ingresos medios.

Así lo indicó Pedro Carneiro, de University College London, quien intervino en la IV Development Week del Navarra Center for International Development de la Universidad de Navarra.

Para la investigación se comparó a niños noruegos nacidos con un mes de diferencia: los del 1 de junio y los del 1 de julio de 1977. En esta última fecha el país aprobó una nueva ley sobre las bajas de maternidad, por la que las madres pasaron a disponer de cuatro meses remunerados y otros doce sin remunerar.

El profesor Carneiro indicó que, no obstante, el efecto no tiene por qué mejorar indefinidamente si se añaden "más y más meses" al permiso por maternidad. Así, comentó que se realizó un estudio similar en Alemania y apenas se notaban los efectos "porque el punto de partida ya era bueno".

Recalcó que los niños más beneficiados por estas medidas fueron los de las familias más desfavorecidas, que tenían que volver antes al trabajo por necesidades económicas. "Aun así, este solo es un aspecto de muchos. La salud, la educación y otras muchas cosas también afectan", destacó.

La importancia de los primeros cinco años en el desarrollo de la persona

El profesor Carneiro insistió en la importancia que tiene la primera infancia (entre el primer y el quinto año de vida) para desarrollo posterior de la persona, tanto en lo que respecta a la inteligencia o las capacidades como a su futuro comportamiento social, tendencia a conductas violentas o el desarrollo de capacidades como la constancia, la gestión emocional o la paciencia. "Teniendo en cuenta el peso nuestras experiencias pasadas, la primera infancia constituye el fundamento o la piedra angular de nuestra vida", recalcó.

Bajo esa premisa, hizo hincapié en las posibles consecuencias negativas que puede tener para un niño pasar esta etapa de su desarrollo en un entorno marcado por la carestía, la mala nutrición, la exclusión social o las situaciones de violencia en el hogar.

Para evitar dichas consecuencias, puso en valor los beneficios de los programas de apoyo a las familias a través de un sistema de visitas a los hogares por parte de educadores sociales, incluso antes del nacimiento del bebé. Estas medidas, tal y como explicó, se han llevado a cabo de forma exitosa en países como Jamaica, Colombia o EE. UU. También mencionó otras propuestas como garantizar los cursos de paternidad y maternidad para las personas de una comunidad.

Carneiro recordó la importancia de los padres y del entorno familiar en la educación y el desarrollo de los hijos, especialmente en las "capacidades para la vida", más allá de los resultados académicos.

Con respecto al papel de los centros educativos, apuntó que también pueden colaborar con la labor de los padres a través de iniciativas como los programas de mentorazgo, en los que los mentores realizan una labor de acompañamiento y educación extraacadémica de los menores para que adquieran competencias que en el futuro "serán fundamentales para su vida profesional y social".

Pedro Carneiro hizo estas declaraciones en el marco de la cuarta edición de la Development Week, un congreso sobre economía del desarrollo que organiza anualmente el NCID. Este grupo de investigación perteneciente al Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra busca soluciones científicas -viables y sostenibles- a situaciones de pobreza extrema en países de África, Asia y América Latina. Para conseguir esto, profundiza en tres líneas: la calidad de las instituciones públicas y privadas de cada nación, la transferencia de tecnologías y las migraciones.