En los paÃses en desarrollo, hay comunidades donde los hombres y las mujeres no siempre tienen los mismos poderes de decisión cuando se trata de asuntos públicos. Pero, ¿qué pasa si ellas reciben las mismas oportunidades que ellos?
Eso es lo que Ana GarcÃa-Hernádez, doctoranda en Universidade Nova de Lisboa, está tratando de responder en su job market paper, que presentó en el Navarra Center for International Development (NCID) el pasado jueves 23 de enero. Con un experimento sobre el terreno en una comunidad rural en Uganda, ella explora lo que llama el "agency mechanism", que es "el hecho de que las personas simplemente al ser incluidas en estas decisiones cambian su comportamiento".
"Dado que las mujeres y los hombres tienen preferencias diferentes, cuando se incluye a las mujeres en la toma de decisiones, se aprueban polÃticas diferentes", dice GarcÃa-Hernández, quien analiza qué tanto las personas están dispuestas a contribuir a los fondos públicos decidiendo qué hacer con ells. Lo que la investigadora encuentra es que "las preferencias prosociales cambian cuando las personas están expuestas al poder de voto o no": "el poder de voto de decisión general no cambia", pero cuando atienden las diferencias por género, "los hombres no cambian su comportamiento a lo largo del juego, mientras que las mujeres sÃ. Son sensibles a los cambios en el poder de voto".
Para GarcÃa-Hernández, esto tiene implicaciones en cómo pensamos acerca de incluir a las personas marginadas en la toma de decisiones y de cómo sostenerlo.