Más de 200 millones de mujeres, principalmente en África, sufren mutilación genital femenina (MGF), una práctica arraigada en algunas sociedades como un deber moral para las mujeres y, de alguna manera, como un hábito cultural asumido. Al margen de las iniciativas internacionales que pretenden detenerla, no todos entienden por qué persiste, lo que hace necesario responder a eso para poder enfrentarla.
Es por eso que Lucia Corno, profesora asistente de Economía en la Universidad Católica de Milán, y sus colegas Eliana La Ferrara (Universidad Bocconi), Nathan Nunn (Universidad de Harvard) y Alessandra Voena (Universidad de Chicago) comenzaron un trabajo de campo para descubrir las raíces históricas de este fenómeno, con el fin de mejorar el desarrollo de políticas futuras. La propia doctora Corno presentó el documento de trabajo The Historical Roots of Female Genital Cutting en Pamplona el pasado lunes 26 de noviembre, en un Weekly Seminar organizado por el Centro de Desarrollo Internacional de Navarra (NCID).
Según el estudio, en algunos países la mutilación genital femenina es casi universal, como en Somalia (98%), Guinea (96%), Djibouti (91%) y Sierra Leona (91%). Y es una práctica con consecuencias dramáticas para las mujeres en más de un sentido: afecta, por supuesto, su salud, pero también sus logros educativos, la fertilidad y su estado psicológico.
Las raíces históricas de este fenómeno, al menos a partir de lo que estos investigadores han encontrado, apuntan más allá de la religión o el origen étnico: sus orígenes parecen estar en la esclavitud, que si no fue la causa, fue al menos un catalizador. De hecho, existe una coincidencia, especialmente en África occidental y oriental, entre la ubicación de las comunidades donde la MGF es más común y las antiguas rutas de esclavos.
El estudio, que se centra en la ruta de los esclavos del Mar Rojo, establece que la MGF se originó "como una reacción a los diferentes roles que las mujeres esclavas tenían en la ruta de los esclavos". La ablación se consideraba algo obligatorio y funcional: aseguraba la castidad y fidelidad hacia quien comprara a la mujer, evitaba embarazos y era un método de precaución contra la violación. Pero ahora, más que algo funcional es algo que se impone culturalmente, pues hay mujeres a las que se les hace entender que es lo normal para ser aceptadas en sociedad, por lo que es más difícil de erradicar.
Por lo tanto, varios de los próximos pasos para la profesora Corno y sus colegas incluyen la codificación del término local para la MGF utilizado entre los países de la muestra donde realizaron las encuestas, para verificar el origen y validar los resultados a través del método de variables instrumentales.