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March 01, 2020
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Posted by NCID

Este artículo fue originalmente publicado el pasado 1 de marzo de 2020 en el medio El Orden Mundial. El autor es el investigador junior del Navarra Center for International Development, David Soler Crespo. A continuación se reproduce parcialmente el artículo. Puede consultar el artículo original aquí, restringido a suscriptores de El Orden Mundial.


Cuatro décadas de apartheid en Sudáfrica terminaron el 2 de febrero de 1990 con un discurso de su presidente, Frederik de Klerk. Varios son los motivos que llevaron a De Klerk a aceptar la democracia: el fin del socialismo con la caída del Muro de Berlín, la presión internacional, una economía en declive y la propia personalidad del último presidente blanco de Sudáfrica se unieron al temor a una guerra civil. Cada vez era necesaria mayor represión y violencia para mantener en pie un sistema ya caduco.

Pero, después de cuarenta y dos años, todo cambió en treinta minutos de discurso. Un tiempo después, el que fuera el primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, dijo de aquello que “nuestro mundo había cambiado de la noche a la mañana”. En esa media hora de discurso, el por entonces presidente del PN y del país,  Frederik Willem de Klerk, tuvo tiempo para legalizar el Congreso Nacional Africano (CNA) de Mandela, junto con otros treinta partidos.

Puede leer el artículo completo aquí.